Además, en cuanto a las especies, la epopeya debe tener las mismas que
la tragedia, pues ha de ser simple o compleja, de carácter o patética; y
también las partes constitutivas, fuera de la melopeya y el espectáculo, deben
ser las mismas, pues también aquí se requieren peripecias, agniciones y lances
patéticos. Asimismo, deben ser brillantes los pensamientos y la elocución. Todo
esto lo practicó Homero por primera vez y convenientemente. En efecto, cada uno
de los dos poemas es, en cuanto a su composición, la Ilíada simple y patética,
y la Odisea compleja (pues hay agniciones por toda ella) y de carácter; y,
además, en elocución y pensamiento los supera a todos.
Aristóteles, Poética.
El párrafo objeto del comentario
de texto pertenece a la ‘Poética’ de Aristóteles, el primer tratado de
literatura que, por su nivel de perfección, ha sido objeto de estudios y guía a
lo largo de la historia de la literatura
en la cultura occidental.
En el texto aparecen las
palabras ‘epopeya’ y ‘tragedia’, que aluden a dos de los tres géneros
literarios en que se divide la literatura (el tercero es la lírica que, si bien
aparecen rasgos definitorios en las épocas clásicas y clasicistas, hubo que
esperar al romanticismo para obtener una definición acabada).
En la Poética, Aristóteles hace
una definición de los dos géneros mencionados, siguiendo un criterio
formalista, que fue el que imperó en las teorías clásica y clasicista, frente a
criterios basados en modos fundamentales de los géneros (de carácter más bien
abstracto), más propios de las épocas romántica y contemporánea.
Consecuentemente, en este párrafo Aristóteles señala algunas de las formas que
caracterizan la epopeya y la tragedia. Algunas comunes, como las especies de
poemas (simples, complejos, de carácter o patéticas) o las partes de la fábula,
comunes también a ambos géneros: peripecia (cambio de la acción desde el
infortunio a la dicha o viceversa), agnición (cambio desde la ignorancia al
conocimiento) y lance patético (acción destructora o dolorosa). Otras, que admiten
partes comunes y partes que no lo son. Es el caso de las partes cualitativas
(comunes, la fábula, la elocución, los caracteres, el pensamiento; propias solo
de la tragedia, el canto y el espectáculo). A destacar también la catarsis
trágica, que tiene un efecto psicológico, al producir una purgación de las
afecciones del alma (compasión y temor); y el elemento maravilloso, de
naturaleza irracional, común a ambos géneros, pero más acusado en la epopeya
que en la tragedia, pues “en la epopeya no se ve al que actúa, y es posible
decir cosas falsas, siempre que se haga como es debido. Porque si se admite lo
irracional, lo absurdo también puede serlo”. Según Aristóteles, se debe
“preferir lo imposible verosímil a lo posible increíble”.
Aristóteles hace finalmente
alusión en este párrafo a los poemas homéricos -la Ilíada y la Odisea- para
destacar el hecho de que es en estos poemas donde surgen por primera vez, y con
una perfección difícilmente superable, los géneros de la épica y la dramática
(según Staiger “Homero es el único poeta en el que la esencia de lo épico
aparece todavía en cierto modo pura”); de ahí que podamos considerar la
descripción del mundo homérico como prototipo del mundo épico.
Precisamente, en estos poemas
encontramos los rasgos más característicos de ambos géneros: imitación de
acciones esforzadas (contadas según dos formas de imitación: narrativa –donde
el autor habla directamente- y activa – donde habla a través de los
personajes-) y la utilización del verso que en el caso de la epopeya es el
verso heroico (el hexámetro).
Aristóteles también compara
sistemáticamente en su Poética los dos géneros
Lo común a la epopeya y la
tragedia:
-Por el objeto de imitación, es
el ser ambas imitación de hombres esforzados.
-Por los medios de imitación, es
el estar en verso y tener argumento (fábula).
Lo que las diferencian:
-La epopeya tiene un verso
uniforme.
-Por la forma de imitación, la
epopeya es narrativa y la tragedia activa.
-La extensión de la epopeya es
mayor que la tragedia.
-Las partes de la tragedia se
encuentran todas en la epopeya, excepto el canto y el espectáculo.
La épica se asocia con la
situación literaria en que alguien cuenta algo a alguien y por eso, junto a la
epopeya, hay que considerar manifestaciones épicas la novela y el cuento, por
citar los subgéneros más importantes. Como géneros narrativos, pues, épica y
novela, a pesar de sus muchas diferencias, encuentran un punto de comparación.
Así, un aspecto importante que
hay que destacar con relación a la épica
es el parentesco entre épica y novela. La novela es un género que,
independientemente de sus manifestaciones en la literatura clásica y medieval,
sólo desempeña un papel de protagonismo en la literatura moderna y
contemporánea. En la teoría romántica la novela ocupa el lugar de género
romántico por excelencia y género en el que cabe todo. A Hegel se debe la
famosa formulación del carácter de la novela como épica de los tiempos
modernos, de la burguesía.
Fue el húngaro Lukács quien
desarrolla y difunde esta concepción de la novela en el siglo XX. En su libro
‘Teoría de la novela’ (1920), Lukács hace una exposición de la idea de la
imposibilidad actual de la forma de la gran épica clásica en verso, por la
pérdida de espontaneidad; y la tarea que desde entonces tiene encomendada la
prosa para captar el sufrimiento y la liberación.
Según Lukács, “Entre la epopeya
y la novela –las dos objetivaciones de la gran literatura épica- la diferencia
no está en las disposiciones interiores del escritor, sino en los datos
histórico-filosóficos que se imponen a su creación”.
Bajtin dedica también un estudio
de su obra sobre la novela a la relación entre épica y novela. Observa el
desasosiego que la novela, como género, crea en la teoría clásica, pues es
evidente que la novela no es un género “poético” como los demás. Otras
observaciones que hace sobre la novela son: el personaje no es heroico, como
son el personaje de la épica y la tragedia; el personaje novelesco no es un
todo inmutable, sino que se presenta en evolución; y por último: “La novela
debe convertirse para su tiempo en lo que fue la epopeya para el mundo
antiguo”.
Son tres las particularidades
fundamentales que diferencian el género novela de los demás:
-Un estilo tridimensional
(plurilingüismo).
-Una transformación radical de
las coordenadas de las representaciones temporales.
-Una zona nueva de
estructuración de las representaciones literarias, zona de contacto máximo con
el presente (la contemporaneidad) en su aspecto inacabado.
Las particularidades segunda y
tercera, las que se refieren al tiempo, se explican muy bien comparando la
novela con la épica. La epopeya:
-busca su objeto en el ´pasado
absoluto´, ‘el pasado épico nacional’.
-Su fuente es la leyenda
nacional y no una experiencia individual.
-El mundo épico está contado por
la distancia épica absoluta del presente.
Como conclusión, podría
apuntarse que la transformación –con los cambios y pervivencias- de la épica
por el protagonismo de la novela en la literatura moderna es una característica
fundamental y quizá la más importante del reajuste del sistema de los géneros
literarios desde la poética clásica a la moderna.
Examen de Introducción a la Teoría Literaria
Uned, Gijón, 3-9-2018
Examen de Introducción a la Teoría Literaria
Uned, Gijón, 3-9-2018
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