viernes, 21 de septiembre de 2018

Comentario de texto. Poética de Aristóteles



Además, en cuanto a las especies, la epopeya debe tener las mismas que la tragedia, pues ha de ser simple o compleja, de carácter o patética; y también las partes constitutivas, fuera de la melopeya y el espectáculo, deben ser las mismas, pues también aquí se requieren peripecias, agniciones y lances patéticos. Asimismo, deben ser brillantes los pensamientos y la elocución. Todo esto lo practicó Homero por primera vez y convenientemente. En efecto, cada uno de los dos poemas es, en cuanto a su composición, la Ilíada simple y patética, y la Odisea compleja (pues hay agniciones por toda ella) y de carácter; y, además, en elocución y pensamiento los supera a todos.
Aristóteles, Poética.

El párrafo objeto del comentario de texto pertenece a la ‘Poética’ de Aristóteles, el primer tratado de literatura que, por su nivel de perfección, ha sido objeto de estudios y guía a lo largo de la historia de la literatura  en la cultura occidental.
En el texto aparecen las palabras ‘epopeya’ y ‘tragedia’, que aluden a dos de los tres géneros literarios en que se divide la literatura (el tercero es la lírica que, si bien aparecen rasgos definitorios en las épocas clásicas y clasicistas, hubo que esperar al romanticismo para obtener una definición acabada).
En la Poética, Aristóteles hace una definición de los dos géneros mencionados, siguiendo un criterio formalista, que fue el que imperó en las teorías clásica y clasicista, frente a criterios basados en modos fundamentales de los géneros (de carácter más bien abstracto), más propios de las épocas romántica y contemporánea. Consecuentemente, en este párrafo Aristóteles señala algunas de las formas que caracterizan la epopeya y la tragedia. Algunas comunes, como las especies de poemas (simples, complejos, de carácter o patéticas) o las partes de la fábula, comunes también a ambos géneros: peripecia (cambio de la acción desde el infortunio a la dicha o viceversa), agnición (cambio desde la ignorancia al conocimiento) y lance patético (acción destructora o dolorosa). Otras, que admiten partes comunes y partes que no lo son. Es el caso de las partes cualitativas (comunes, la fábula, la elocución, los caracteres, el pensamiento; propias solo de la tragedia, el canto y el espectáculo). A destacar también la catarsis trágica, que tiene un efecto psicológico, al producir una purgación de las afecciones del alma (compasión y temor); y el elemento maravilloso, de naturaleza irracional, común a ambos géneros, pero más acusado en la epopeya que en la tragedia, pues “en la epopeya no se ve al que actúa, y es posible decir cosas falsas, siempre que se haga como es debido. Porque si se admite lo irracional, lo absurdo también puede serlo”. Según Aristóteles, se debe “preferir lo imposible verosímil a lo posible increíble”.
Aristóteles hace finalmente alusión en este párrafo a los poemas homéricos -la Ilíada y la Odisea- para destacar el hecho de que es en estos poemas donde surgen por primera vez, y con una perfección difícilmente superable, los géneros de la épica y la dramática (según Staiger “Homero es el único poeta en el que la esencia de lo épico aparece todavía en cierto modo pura”); de ahí que podamos considerar la descripción del mundo homérico como prototipo del mundo épico.
Precisamente, en estos poemas encontramos los rasgos más característicos de ambos géneros: imitación de acciones esforzadas (contadas según dos formas de imitación: narrativa –donde el autor habla directamente- y activa – donde habla a través de los personajes-) y la utilización del verso que en el caso de la epopeya es el verso heroico (el hexámetro).
Aristóteles también compara sistemáticamente en su Poética los dos géneros
Lo común a la epopeya y la tragedia:
-Por el objeto de imitación, es el ser ambas imitación de hombres esforzados.
-Por los medios de imitación, es el estar en verso y tener argumento (fábula).
Lo que las diferencian:
-La epopeya tiene un verso uniforme.
-Por la forma de imitación, la epopeya es narrativa y la tragedia activa.
-La extensión de la epopeya es mayor que la tragedia.
-Las partes de la tragedia se encuentran todas en la epopeya, excepto el canto y el espectáculo.
La épica se asocia con la situación literaria en que alguien cuenta algo a alguien y por eso, junto a la epopeya, hay que considerar manifestaciones épicas la novela y el cuento, por citar los subgéneros más importantes. Como géneros narrativos, pues, épica y novela, a pesar de sus muchas diferencias, encuentran un punto de comparación.
Así, un aspecto importante que hay que destacar  con relación a la épica es el parentesco entre épica y novela. La novela es un género que, independientemente de sus manifestaciones en la literatura clásica y medieval, sólo desempeña un papel de protagonismo en la literatura moderna y contemporánea. En la teoría romántica la novela ocupa el lugar de género romántico por excelencia y género en el que cabe todo. A Hegel se debe la famosa formulación del carácter de la novela como épica de los tiempos modernos, de la burguesía.
Fue el húngaro Lukács quien desarrolla y difunde esta concepción de la novela en el siglo XX. En su libro ‘Teoría de la novela’ (1920), Lukács hace una exposición de la idea de la imposibilidad actual de la forma de la gran épica clásica en verso, por la pérdida de espontaneidad; y la tarea que desde entonces tiene encomendada la prosa para captar el sufrimiento y la liberación.
Según Lukács, “Entre la epopeya y la novela –las dos objetivaciones de la gran literatura épica- la diferencia no está en las disposiciones interiores del escritor, sino en los datos histórico-filosóficos que se imponen a su creación”.
Bajtin dedica también un estudio de su obra sobre la novela a la relación entre épica y novela. Observa el desasosiego que la novela, como género, crea en la teoría clásica, pues es evidente que la novela no es un género “poético” como los demás. Otras observaciones que hace sobre la novela son: el personaje no es heroico, como son el personaje de la épica y la tragedia; el personaje novelesco no es un todo inmutable, sino que se presenta en evolución; y por último: “La novela debe convertirse para su tiempo en lo que fue la epopeya para el mundo antiguo”.
Son tres las particularidades fundamentales que diferencian el género novela de los demás:
-Un estilo tridimensional (plurilingüismo).
-Una transformación radical de las coordenadas de las representaciones temporales.
-Una zona nueva de estructuración de las representaciones literarias, zona de contacto máximo con el presente (la contemporaneidad) en su aspecto inacabado.
Las particularidades segunda y tercera, las que se refieren al tiempo, se explican muy bien comparando la novela con la épica. La epopeya:
-busca su objeto en el ´pasado absoluto´, ‘el pasado épico nacional’.
-Su fuente es la leyenda nacional y no una experiencia individual.
-El mundo épico está contado por la distancia épica absoluta del presente.
Como conclusión, podría apuntarse que la transformación –con los cambios y pervivencias- de la épica por el protagonismo de la novela en la literatura moderna es una característica fundamental y quizá la más importante del reajuste del sistema de los géneros literarios desde la poética clásica a la moderna.

Examen de Introducción a la Teoría Literaria
Uned, Gijón, 3-9-2018

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