lunes, 23 de julio de 2018

Justicia



Cosme Cuenca en su columna del 20 de julio, titulada ‘Juristas’, critica la decisión de un tribunal alemán de no imputar a Puigdemont por el delito de rebelión. Achaca tal determinación absolutoria al divorcio que hay, según él, entre la justicia y los tecnicismos jurídicos. A partir de ahí se aparta de los juristas que practican tales tecnicismos para otorgar a los ciudadanos honestos la capacidad de dilucidar lo que es justo o no; y claro, los ciudadanos honestos saben, sin ninguna duda, que los independentistas catalanes son unos delincuentes.
Creo que Cosme Cuenca cae en este caso en un error muy frecuente: simplificar una realidad, que es siempre compleja y admite, por tanto, múltiples lecturas. Él hace una, pero no cabe duda de que hay personas igualmente honestas que hacen otras (no es éste el lugar adecuado para exponerlas).
Mismamente, el propio concepto de justicia admite diversas interpretaciones, como muy bien explica el filósofo Michael Sandel, recientemente galardonado con el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, en su libro titulado precisamente ‘Justicia’. Lo que demuestra que, para abordar este tema –como tantos otros-, no solo hay que hacerlo desde la honestidad sino también desde el conocimiento.

                                           Gijón, 21-7-2018

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