Las multitudinarias
manifestaciones feministas del día 8 de marzo han puesto de manifiesto que la
sociedad ha tomado conciencia del grave problema de la discriminación de género.
Pero una cosa es denunciar el machismo existente y otra combatirlo. ¿Qué
medidas se pueden tomar para lograr la igualdad hombre-mujer? La respuesta
quizá pase por politizar el feminismo, es decir, por encauzar políticamente la
reivindicación de la emancipación de la mujer. Desde esta perspectiva encontramos
dos factores principales que inciden en su discriminación: la milenaria cultura
patriarcal y el sistema político neoliberal imperante en el mundo que
mercantiliza a los trabajadores, penalizando doblemente a las mujeres.
La cultura machista se supera
mediante la cultura democrática -profundizando en la democracia- y al
neoliberalismo se oponen sistemas políticos que priorizan los derechos de los
ciudadanos sobre el capital (los mercados). Ello se traduce a efectos prácticos
en estudiar los programas políticos que presentan los partidos y penalizar en
las urnas a aquellos que defienden al neoliberalismo (que son la mayoría).
Gijón
9-3-2018
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