¿Hay alguna explicación para la
mala calidad de nuestra democracia? ¿Podemos conocer las causas de la
mediocridad de nuestros políticos, la corrupción generalizada, la desafección
política o el callejón sin salida del problema catalán? Juan Carlos Monedero
responde a estas y a otras preguntas en su libro ‘La Transición contada a
nuestros padres’. El título ya nos adelanta la clave: la Transición política
española, lejos de ser modélica tal como nos la presentan, fue muy deficiente.
Y para deshacer el mito de la buena Transición recurre al relato que sobre la
misma hacen no los padres, la generación que la protagonizó, sino los hijos o
los nietos que la sufren. Una visión de la Transición hecha desde la
perspectiva de los jóvenes que en 2011 salieron a la calle para manifestar su
indignación y su protesta.
Encuentra Monedero que el cambio
de régimen, que tuvo lugar a la muerte de Franco, se produjo bajo el síndrome
del miedo, la peor de las condiciones posibles; de ahí que la siniestra
profecía que pronunció el dictador, “todo está atado y bien atado”, se esté
cumpliendo. El franquismo es fácilmente perceptible tanto en las instituciones
como en la cultura del pueblo.
Como salida a esta situación
Monedero propone la recuperación de la memoria histórica; establecer puentes
con nuestro pasado más ilustrado y democrático, el de la II República, dramáticamente
truncado por el brutal golpe de Estado de 1936; y mostrar así lo que la
Transición ocultó: que en la guerra civil se enfrentaron no la España y la
antiEspaña, sino el fascismo y la democracia con la victoria del primero. Aún
sufrimos ese lastre.
Gijón 18-2-2018
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