miércoles, 5 de julio de 2017

Wittgenstein. Comentario de texto


Mi único propósito –y creo que el de todos aquellos que han tratado alguna vez de escribir o hablar de ética o religión- es arremeter contra los límites del lenguaje. Este arremeter contra las paredes de nuestra jaula es perfecta y absolutamente desesperanzado. La ética, en la medida en que surge del deseo de decir algo sobre el sentido último de la vida, sobre lo absolutamente bueno, lo absolutamente valioso, no puede ser una ciencia. Lo que dice la ética no añade nada, en ningún sentido, a nuestro conocimiento. Pero es un testimonio de una tendencia del espíritu humano que yo personalmente no puedo sino respetar profundamente y que por nada del mundo ridiculizaría.
Wittgenstein. Conferencia sobre la ética

Este párrafo define muy bien el pensamiento de Wittgenstein que se conoce como el giro lingüístico. Este autor llevó al extremo la idea kantiana de que la razón humana no puede conocer más allá de los límites de la ciencia, si bien Wittgenstein lo trasladó al ámbito del lenguaje. Formula así su teoría: “Sólo se puede hablar de lo que tiene sentido”, y lo que tiene sentido es lo que se puede demostrar científicamente. Queda, por lo tanto, excluida la ética.
Pero si bien Kant sobrepasó la línea que separa el hecho del conocimiento del hecho moral mediante los postulados que formula la razón práctica, Wittgenstein no dio ese paso, porque no encontró palabras para definir la moral. Así, en su primera obra, el ‘Tractatus-lógico-filosóficus’ pronunció esta lapidaria frase: “De lo que no se puede hablar, hay que callar”. Y de lo que no se podía hablar era de la ética.
Pero, hay un segundo Wittgenstein, el de ‘Investigaciones filosóficas’, en donde abre más posibilidades para el acercamiento a la ética. Es precisamente en esta ‘Conferencia sobre la ética’, pronunciada en 1930, donde Wittgenstein apunta el cambio. Cambio que le llevó a descubrir la “pluralidad de usos del lenguaje” o el “lenguaje como uso”, que, si bien no le permite aún definir lo que es la moral, sí le permite constatar su existencia y la extraordinaria importancia que tiene para la vida de las personas. De esto ya nos da una idea la frase del ‘Tractatus’, según la cual “sentimos que aún cuando todas las posibles cuestiones científicas hayan recibido respuesta, nuestros problemas vitales todavía no se han rozado en lo más mínimo”. Entre estos problemas, los del sentido (sinsentido) de la vida o los éticos son cruciales, y el hecho de que sobre ellos no pueda decirse nada con sentido, no implica que no se den o que no puedan mostrarse, pues “lo inexpresable ciertamente existe. Se muestra en lo místico”.
Wittgenstein encuentra que la esencia de la ética es, precisamente, su indefinición. Indefinición que no impide al hombre intentar desesperadamente sobrepasar los límites de la ciencia (el lenguaje), que explica lo que es, para alcanzar los espacios de la ética, lo que debe ser.

Examen de Grado en Filosofía
Ética II
Gijón, 9-6-2017


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