martes, 26 de diciembre de 2023

Introducción al pensamiento científico. Comentario texto I

 

Galileo Galilei: Carta a Cristina de Lorena [fragmento].

 

 “Yo aquí diré aquello que oí a una persona eclesiástica de muy elevado rango, esto es, que la intención del Espíritu Santo era enseñarnos cómo se va al cielo, y no cómo va el cielo. [...] En vista de esto, y siendo, como se ha dicho, que dos verdades no pueden contradecirse, es función de los sabios intérpretes el esforzarse por encontrar los verdaderos sentidos de los pasajes sagrados, que indudablemente concordarán con aquellas conclusiones naturales de las que tuviésemos de antemano certeza y seguridad por la evidencia de los sentidos o por las demostraciones necesarias. Más aún, siendo como se ha dicho que las Escrituras por las razones aducidas admiten en muchos pasajes interpretaciones distintas del significado de las palabras y, además, no pudiendo nosotros afirmar con certeza que todos los intérpretes hablen por inspiración divina, pues, si así fuese, ninguna divergencia existiría entre ellos, acerca de los sentidos de los mismos textos, creo que se obraría muy prudentemente si no se permitiese a ninguno el comprometer los textos de la Escritura y, en cierto modo, obligarles a tener que sostener como verdaderas estas o aquellas conclusiones naturales, de las que alguna vez los sentidos y las razones demostrativas y necesarias nos pudiesen demostrar lo contrario.”

 

Pregunta: ¿Cuál es el papel de la evidencia y la experiencia en la investigación científica sobre el mundo empírico (es decir, sobre lo que Galileo llama cuestiones naturales)? ¿Cómo entiende Galileo la relación entre ciencia y autoridad religiosa?

(Máximo 500 palabras/una cara en times new roman 12)


Comentario de texto.

Este fragmento de la carta de Galileo a Cristina Lorena muestra el conflicto que le tocó vivir a este en el marco de la primera revolución científica (la del siglo XVII) en la que tuvo lugar un cambio de paradigma en la forma de concebir la ciencia: el paso del dogmatismo (centrado en la Biblia) y del principio de autoridad (representado por Aristóteles), a la ciencia moderna, que busca conocer la realidad a partir de la evidencia de los hechos mediante la observación y la experimentación.

Para explicar este cambio, Galileo recurre a la ironía en su carta, al argumentar, posiblemente para curarse en salud, que la Biblia nos muestra, por enseñanza directa del Espíritu Santo, cómo debemos comportarnos para ganar el cielo (“cómo se va al cielo”), lo cual es incuestionable, pero nada dice sobre cómo es el mundo real en el que vivimos (“cómo va el cielo”).

En la nueva ciencia que inaugura Galileo, la observación es la fuente básica de la evidencia científica acerca de cómo es el mundo; y, en la medida en que no depende de las opiniones o creencias del observador, es objetiva, es decir, trata de predecir el mundo tal como realmente es.

La evidencia observacional se adquiere a través de nuestros sentidos, que nos proporcionan experiencias sensoriales. Pero cabe preguntarse hasta qué punto nuestros sentidos son fiables. La respuesta que dan los científicos modernos es que no; nuestra percepción está influida por factores subjetivos de diversa índole: creencias, habilidades, emociones, experiencia previa, contextos sociales y culturales, etc.

Para salvar este problema, los científicos recurren a la exploración activa del entorno, es decir, recurren a la experimentación, que consiste en manipular activamente el sistema que quieren estudiar para observar los efectos resultantes. Además, los experimentos científicos suelen apoyarse en alguna base teórica que permita comprender cómo se ha de diseñar el experimento y cómo han de interpretarse sus resultados. Otros recursos a los que acuden los científicos para garantizar la objetividad de sus observaciones es el recurso a los medios tecnológicos que condicionan los experimentos; la autoría colectiva (colaboración de numerosos científicos); la propuesta de hipótesis (conjeturas como posibles respuestas a una pregunta científica), etc.

El método que se suele seguir para hacer una investigación científica es el hipotético-deductivo que se desarrolla de acuerdo con las siguientes fases:

1)     Formulación de una pregunta de investigación ante un problema no resuelto

2)     Propuesta de hipótesis

3)     Inferencia de las previsiones e implicaciones empíricas

4)     Comprobación empírica de las implicaciones y predicciones de las hipótesis

5)     Se descartan o revisan las hipótesis refutadas empíricamente

Finalmente, otra característica de la nueva ciencia es el uso de instrumentos para acceder a observaciones que rebasan el límite de las proporcionadas por nuestros sentidos (la observación directa). Así, Galileo hizo uso del telescopio para obtener evidencia en contra de las teorías astronómicas tradicionales, constituyendo un recurso decisivo para sustituir la teoría geocéntrica (ptolomeica) por la heliocéntrica (copernicana).

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