El enfrentamiento que se está
produciendo en el seno del partido socialista estaba cantado. Se veía venir
porque, en unos tiempos convulsos como los que estamos viviendo, el partido
siguió actuando como si la cosa no fuera con ellos, como si continuasen
instalados en los mejores tiempos del felipismo, cuando, a rebufo de Europa, la
economía crecía a marchas forzadas. No supieron reaccionar cuando hace unos
años la crisis económica dejó al descubierto una crisis aún mayor: la política
y de los valores. Descubrimos entonces que quien pilotaba la nave de la
globalización no era la democracia, ni mucho menos el socialismo, sino el
neoliberalismo (globalización neoliberal).
Ahora Pedro Sánchez pretende
hacer precipitadamente los deberes que no se hicieron en los años de crisis y
plantea un debate ‘in extremis’ que tenía que haberse producido en el partido
con el necesario sosiego y rigor desde que en año 2011 el Partido Popular ganó
las elecciones con mayoría absoluta; una prueba más que suficiente para sospechar
que las cosas no se habían hecho tan bien como pensaban.
Las consecuencias
de tal situación resultan impredecibles, pero dada la incompetencia demostrada
por la clase política, podemos ponernos en lo peor.
Gijón, 1-10-2016
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