Javier Fernández, en
declaraciones a los medios afirmó que con Pedro Sánchez el PSOE
se había podemizado, que había podemitas en el partido. Si por podemitas
entendemos a la gente que se identifica con las políticas de Podemos, hay que
decir que, efectivamente, en el PSOE hay militantes, no sé si muchos o pocos,
que se sienten hermanados con Podemos en su lucha contra el sistema neoliberal
imperante.
Pero, ¿es malo o bueno que entre
la militancia del PSOE haya podemitas? O dicho de otra manera, ¿es Podemos el
diablo con cuernos y rabo al que hay que rechazar como si fuera el gran enemigo
de España, tal como afirman algunos, o es un partido de izquierdas que trata de
defender a las clases más desfavorecidas, como es lo propio de cualquier
ideología de izquierdas? Lo que no cabe duda es que Podemos es un partido que surgió
de la noche a la mañana y se sitúa a la izquierda del PSOE en el espectro
ideológico.
Pero las causas de tal fenómeno hay
que buscarlas en el PSOE y son, justamente, que este partido, desde que se
adentró en la senda de la Tercera Vía, hace más de 30 años, en compañía del
resto de los partidos socialistas europeos, siguiendo la estela de Tony Blair,
está defendiendo los intereses de las clases medias, no los de las clases más
desfavorecidas. Cuando la economía iba
bien al PSOE le fue bien, pues la clase media era el mayor caladero de votos.
Pero las cosas cambiaron cuando
vino la crisis. Mucha gente de clase media se despeñó a la clase baja y otros,
que se mantuvieron, se solidarizaron con los más castigados. Sin embargo, el
PSOE siguió enarbolando la bandera de la clase media, lo que propició la
aparición de las circunstancias idóneas para el surgimiento de nuevas formaciones
políticas que recogieron el testigo que otrora mantuvo el PSOE: la defensa de
las clases más desfavorecidas, la de los pobres. He aquí la explicación de
Podemos.
Pero hay más. Un economista de
talla internacional, John Kenneth Galbraith, en su libro ‘La cultura de la
satisfacción’, defiende la siguiente tesis: existen tres clases, la de los muy
ricos, la de los pobres y una clase media que vive bien. Pues bien, ocurre que
la clase media se solidariza no con los pobres, sino con los muy ricos a los
que quiere imitar. Consecuencias de esto:
Primera, en el mundo se impuso
el sistema neoliberal que beneficia a los ricos en detrimento de los pobres
(¿hay que decir que las desigualdades crecen continuamente?). Segunda: si el
PSOE defiende a la clase media y ésta es de derechas, el PSOE está haciendo
políticas de derechas.
Pero la prueba irrefutable de
tal política es que en estos críticos momentos el PSOE prefiere entenderse con
un partido de extrema derecha, franquista y, para mayor inri, corrupto, que con
un partido que, sin duda con enormes dificultades (padece el mal endémico de la
izquierda, la división), trata de hacer frente al sistema neoliberal,
hegemónico en el mundo, que amenaza, no solo con la exclusión de amplias capas
de la sociedad, sino con dar al traste a la propia democracia.
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