domingo, 9 de octubre de 2016

Intervención en la asamblea del PSOE-Gijón (9-10-2016)


Javier Fernández, en declaraciones a los medios afirmó que con Pedro Sánchez  el  PSOE se había podemizado, que había podemitas en el partido. Si por podemitas entendemos a la gente que se identifica con las políticas de Podemos, hay que decir que, efectivamente, en el PSOE hay militantes, no sé si muchos o pocos, que se sienten hermanados con Podemos en su lucha contra el sistema neoliberal imperante.
Pero, ¿es malo o bueno que entre la militancia del PSOE haya podemitas? O dicho de otra manera, ¿es Podemos el diablo con cuernos y rabo al que hay que rechazar como si fuera el gran enemigo de España, tal como afirman algunos, o es un partido de izquierdas que trata de defender a las clases más desfavorecidas, como es lo propio de cualquier ideología de izquierdas? Lo que no cabe duda es que Podemos es un partido que surgió de la noche a la mañana y se sitúa a la izquierda del PSOE en el espectro ideológico.
Pero las causas de tal fenómeno hay que buscarlas en el PSOE y son, justamente, que este partido, desde que se adentró en la senda de la Tercera Vía, hace más de 30 años, en compañía del resto de los partidos socialistas europeos, siguiendo la estela de Tony Blair, está defendiendo los intereses de las clases medias, no los de las clases más desfavorecidas.  Cuando la economía iba bien al PSOE le fue bien, pues la clase media era el mayor caladero de votos.
Pero las cosas cambiaron cuando vino la crisis. Mucha gente de clase media se despeñó a la clase baja y otros, que se mantuvieron, se solidarizaron con los más castigados. Sin embargo, el PSOE siguió enarbolando la bandera de la clase media, lo que propició la aparición de las circunstancias idóneas para el surgimiento de nuevas formaciones políticas que recogieron el testigo que otrora mantuvo el PSOE: la defensa de las clases más desfavorecidas, la de los pobres. He aquí la explicación de Podemos.
Pero hay más. Un economista de talla internacional, John Kenneth Galbraith, en su libro ‘La cultura de la satisfacción’, defiende la siguiente tesis: existen tres clases, la de los muy ricos, la de los pobres y una clase media que vive bien. Pues bien, ocurre que la clase media se solidariza no con los pobres, sino con los muy ricos a los que quiere imitar. Consecuencias de esto:
Primera, en el mundo se impuso el sistema neoliberal que beneficia a los ricos en detrimento de los pobres (¿hay que decir que las desigualdades crecen continuamente?). Segunda: si el PSOE defiende a la clase media y ésta es de derechas, el PSOE está haciendo políticas de derechas.
Pero la prueba irrefutable de tal política es que en estos críticos momentos el PSOE prefiere entenderse con un partido de extrema derecha, franquista y, para mayor inri, corrupto, que con un partido que, sin duda con enormes dificultades (padece el mal endémico de la izquierda, la división), trata de hacer frente al sistema neoliberal, hegemónico en el mundo, que amenaza, no solo con la exclusión de amplias capas de la sociedad, sino con dar al traste a la propia democracia.

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