viernes, 29 de julio de 2016

El mal menor


En el ponderado artículo ‘Votar corrupción’, publicado en este periódico el día 15 de julio, el autor, Cosme Cuenca, se pregunta por qué los españoles votan mayoritariamente al partido más corrupto. La explicación que da resulta de lo más plausible: eligen el mal menor y expone cuatro posibles causas de ese comportamiento. Pero cabe profundizar más en el análisis y preguntarnos por qué se elige el mal menor y no el bien directamente como sería lo adecuado. Si la respuesta que damos a esta pregunta es el desconocimiento de lo que puede ser el bien, nos encontramos ante un problema de educación, de cultura, de formación cívica.
En los albores de nuestra civilización, los grandes filósofos griegos hacían girar todo el conocimiento (la filosofía, le política, la ética, la ciencia, etcétera) en torno al concepto del bien, identificando éste con una organización social justa, de tal manera que procurase la felicidad para todos los ciudadanos y no sólo para un grupo reducido. Pero resulta que las humanidades, y entre ellas la filosofía, son despreciadas en nuestros planes de estudio por considerar que, para producir riqueza (al parecer el único fin que mueve el mundo), no conviene formar ciudadanos que piensen.
Puede estar aquí una posible explicación de por qué hay un gran porcentaje de españoles que votan siguiendo el criterio del mal menor.
                                                           

                                                                       Gijón, 15-7-2014

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