El escándalo producido por los
papeles de Panamá revelando las artimañas que miles de ciudadanos realizan para
evadir los impuestos nos vuelve a conmocionar una vez más. Pero esta vez, no sé
si porque estamos inmunizados por lo repetido del caso o por otras causas,
muchos personajes, pertenecientes bien a la farándula (Bertín Osborne), o a la
política (Esperanza Aguirre) exponen sin rubor que estos chanchullos son
normales y que cualquiera los haría, dando a entender que quien no los hiciera
sería un tonto. Este hecho descubre la verdadera naturaleza del problema: la
ausencia de los principios éticos más elementales. Una sociedad sin valores es
una sociedad fallida, pues, como bien nos enseñaron los griegos clásicos, la
base de la política es la ética. Sin ella, la política se convierte en mafia.
Gijón, 20-4-2016
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