Son muchos los intelectuales que
ante el difícil proceso político por el que atraviesa España, están aportando
sus interesantes análisis de lo que nos pasa. Uno de ellos es el filósofo
Javier Gomá que en un artículo suyo reciente, “Libre y con compromiso”, hace,
en mi opinión, un acertado diagnóstico.
Para elaborar su tesis parte de
una cita de Tocqueville: “¿No habría que considerar el desarrollo gradual de
las instituciones y de las costumbres democráticas no como el mejor sino como
el único medio que nos queda para ser libres?”. España consiguió, aunque con un
retraso de siglos, establecer las instituciones democráticas en el periodo de
la Transición. Pero en los 40 años transcurridos desde entonces no dio el
segundo paso señalado por Tocqueville: no hemos interiorizado las costumbres
democráticas necesarias para su pleno desarrollo. Y aquí sitúa Gomá el actual
descontento.
Busca también el autor
explicaciones a esta situación, y las encuentra en la desgraciada historia de
España. Efectivamente, después de siglos de Reconquista y ante el
descubrimiento de América, España acometió la loca empresa de extender la
Reconquista al resto del mundo. Como consecuencia de ello, nuestro país quedó
al margen de todos los procesos evolutivos que tuvieron lugar en el resto de
Europa en forma de revoluciones (liberal, burguesa, industrial, obrera…), por
lo que no compartimos, o lo hacemos deficientemente, ingredientes básicos de la
cultura democrática europea, como la alfabetización, secularización,
investigación, ciencia, filosofía, etc.
Termina Gomá con la siguiente
reflexión: “A lo mejor resulta que queremos reformar las instituciones para no
reformarnos a nosotros mismos y así permanecer instalados en nuestra suave
vulgaridad moral, libres y sin compromiso para siempre como en una juventud
eterna. Comprometerse no menoscaba la libertad. Al contrario, la perfecciona.
Ojalá una España del futuro con buenas costumbres democráticas. Libre y con
compromiso.
Gijón, 26-2-2016
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