La imagen, reproducida por los
medios, de Pedro Sánchez tendiendo la mano a Rajoy, mientras éste se abotona la
chaqueta mirando al tendido con cara de póker para significar su desplante, no
puede reflejar mejor la actual situación de este personaje: un boxeador
noqueado que anda por el cuadrilátero dando tumbos, sin enterarse de lo que
pasa a su alrededor.
En uno de los momentos más
críticos de la reciente historia de España, que una persona tan incompetente
esté ejerciendo el cargo de presidente de Gobierno, aunque sea en funciones, es
una auténtica bomba de relojería. Harían bien los del PP desprendiéndose de
semejante lastre, si bien la corrupción generalizada de este partido les
condena a la inoperancia.
Comparto la opinión de bastantes
analistas que apuntan como salida viable o deseable para la actual situación
política formar una gran coalición entre PSOE, Podemos, Ciudadanos e IU,
presidida por Pedro Sánchez. Las dificultades para este pacto son enormes, pero
la crítica situación del país exige a los líderes de estos partidos altura de
miras para hacer políticas de Estado con un objetivo común: la regeneración
democrática de España.
Gijón, 20-2-2016
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