martes, 9 de febrero de 2016

Vergüenza histórica


El pasado día 23 de enero, este periódico se hizo eco de la noticia del inicio del proceso de beatificación, puesto en marcha por el Papa, del que fuera párroco de Nembra y de otros tres feligreses de la misma parroquia, asesinados en esa localidad por milicianos, en octubre de 1936, es decir, en plena guerra civil, originada por la sublevación del ejército contra el legítimo Gobierno republicano.
La Iglesia es muy libre de canonizar a quien considere oportuno (ya lo hizo con centenares de muertos, pertenecientes al bando vencedor, al que apoyó precisamente en la contienda), pero resulta lamentable leer noticias de este tipo, cuando hay miles de víctimas, defensoras del régimen democrático, que siguen enterradas en las cunetas. Después de 80 años de aquella perversa guerra fratricida aún no hemos sabido hacerles justicia.
Resulta igualmente indignante la parcialidad con que se da esta noticia, parcialidad que surge de lo que al parecer son sus fuentes: el libro ‘Los mártires de Nembra’ del cura Garralda, que, pretendiendo ser histórico, vulnera las más elementales normas del rigor y de la imparcialidad que se debe a la historia. Es una vergüenza que nos alcanza a todos que, después de 80 años de la guerra civil  y 40 de democracia, aún tengamos que leer la versión histórica de los vencedores.


                                                            Gijón, 24-1-2014

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