sábado, 27 de junio de 2015

La unidad de la izquierda


Intervención en la asamblea celebrada en el Antiguo Instituto de Jovellanos el pasado día 10 de junio para buscar la unidad del PSOE, IU y Podemos-Gijón de cara a gobernar en el ayuntamiento de Gijón
Estamos asistiendo al enésimo enfrentamiento en el seno de la izquierda. El desencuentro no es ninguna novedad, pues viene produciéndose prácticamente desde la Transición. El tema es grave porque sin la unidad de la izquierda nunca derrotaremos al neoliberalismo; por eso debemos preguntarnos por las causas, y como no se trata de una maldición divina tenemos que buscarlas en nosotros mismos, es decir, tenemos que hacer una autocrítica, pues es evidente que algo hacemos mal. Es obligado hacer un diagnóstico de la enfermedad que padecemos para aplicar la terapia correspondiente.
Como llevo muchos años dándole vueltas a este tema, tengo una respuesta al mismo que voy a dar. Se trata de que no dialogamos, porque no sabemos dialogar. Por lo tanto, y si esto es así, lo que hay que hacer es crear espacios de diálogo donde nos encontremos de manera asidua para debatir con seriedad y rigor (en base a argumentos, no sobre opiniones u ocurrencias), en condiciones de igualdad, sobre las ideas, a fin de seleccionar las más adecuadas y unirnos en torno a ellas. Esto no se hace en ningún ámbito de la izquierda.
Pertenezco al PSOE y puedo decir que la Casa del Pueblo está vacía. Un reducido grupo de militantes, que no pasa de tres o cuatro, llevamos reuniéndonos asiduamente para dialogar, en un ‘Espacio para el debate político’, durante más de un año, siendo ignorados no sólo por la dirección sino también por el resto de los compañeros. Anteriormente también fui militante de IU y puedo decir lo mismo de esa organización. Allí la política la hacían grupos reducidos de personas que se reunían ni se sabe donde y que tomaban decisiones al margen de la militancia.
La crítica se puede extender a las múltiples asociaciones de la ciudad. Actúan generalmente al margen de la política, sin compromiso militante con los partidos. Entiendo que la política no hay que hacerla en la calle, sino en las instituciones. Ése es el mayor compromiso político que debe asumir un ciudadano en una democracia.

Juan.

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