martes, 26 de mayo de 2015

¿Un futuro de esperanza?


No me parece exagerado calificar las elecciones municipales y autonómicas del pasado día 24 de históricas y, en ese sentido, pueden compararse con las de 1982. Si aquellas las vivimos en clave de optimismo y esperanza, porque intuíamos que representaban el espaldarazo definitivo para consolidar la democracia en España e iniciar así el camino hacia Europa que entonces representaba el progreso, las del pasado domingo se nos presentan como un paso importante hacia la necesaria regeneración democrática, que estos tiempos turbulentos demandan.
Efectivamente, no se pueden hacer vaticinios sobre lo que nos depara el futuro, pero en el nuevo escenario político, surgido del 24-M, se dan unas circunstancias favorables, de tal manera que, si se acierta a mover bien las piezas, puede abrirse un nuevo periodo positivo para el país. La jugada consiste, en mi opinión, en crear un frente de progreso y de regeneración entre los tres partidos de izquierdas: PSOE, Podemos e IU. Ello es factible, pues comparten un programa común: el de la genuina socialdemocracia, que pueden oponer como alternativa al neoliberalismo que nos llevó a la crisis. Las dificultades, no pequeñas, a superar serían los personalismos que se dan en la política y el déficit de formación y de cultura que se da en la sociedad y que la lastra para asumir el protagonismo que el cambio requiere.
Si este diagnóstico es correcto, podemos deducir que las fuerzas políticas mencionadas deberían centrar sus esfuerzos en superar ambas lacras. Juan.


                                                           Gijón, 26-5-2015  

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