Parecía que, con el nombramiento
de los nuevos dirigentes, la organización política de izquierda Unida de
Asturias iba a encontrar la estabilidad necesaria para acometer las políticas
que le son propias: la defensa de los más desfavorecidos. Pero no fue así y
caen de nuevo en el mal que parece endémico en la izquierda, que es la división
y el enfrentamiento. ¿Hay algún diagnóstico para esta enfermedad? Creo que sí;
se llama infantilismo político. Consiste en no saber que en una democracia la
política tiene que girar en torno a ideas y no en torno a personas, lo que hace
que el diálogo entre los militantes debe ocupar el lugar preferente en la
acción política.
De este debate permanente de
ideas sale el programa que es el verdadero nexo de unión del partido y punto de
partida para la praxis política, formando también la organización una parte
imprescindible de la misma. Otro ingrediente indispensable para el ejercicio de
la política es la cultura, que permite mantener un diálogo documentado, con
criterios de racionalidad, y no en base a ocurrencias u opiniones que son
subjetivas, de ahí que el compromiso con la cultura sea previo al de la
política. Quizá éste sea el talón de Aquiles de todo el proceso, pues vivimos
en una sociedad que desprecia la cultura.
Gijón, 29-4-2015
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