viernes, 10 de abril de 2015

Proceso incierto


Las pasadas elecciones andaluzas supusieron el pistoletazo de salida para un periodo que se prevé tan movido como incierto. A nadie se le oculta que vivimos una época no sólo de profunda crisis, sino de cambio de ciclo. Depende de nuestra capacidad para interpretar adecuadamente la naturaleza de ambos, que alumbremos una sociedad mejor o peor.
Muchos españoles hemos vivido la Transición que presentaba similitudes con la situación actual, por lo que podemos compararlas. Aquel cambio se produjo también en medio de una profunda crisis, pero había menos incertidumbre, pues parecía claro que se trataba de pasar de un régimen dictatorial a otro democrático del que teníamos claras referencias en Europa. La operación se hizo bien, lo que nos llevó a vivir el mejor periodo de la historia de España. Hubo, sin embargo, un fallo en aquel proceso, una interpretación equivocada de la Transición: no supimos ver que la recién conquistada democracia era una línea de salida, no de llegada. Así que centramos nuestro afán en alcanzar el nivel material de nuestros vecinos europeos, descuidando otros aspectos fundamentales para el desarrollo de la democracia como son la cultura, los valores éticos, el compromiso político, etcétera. Como consecuencia de ello nos encontramos ahora con una democracia jibarizada, incapaz de dar respuesta a las crisis múltiples que nos asolan.
Ésta es, en mi opinión, el reto al que nos enfrentamos: tenemos que aprender en un curso acelerado a ejercer la democracia. El papel que deben jugar en este proceso los partidos políticos es clave, de ahí la necesidad de su urgente regeneración. Pero, como no parecen enterarse, surgen nuevos actores, nuevos partidos, en un intento desesperado de acometer esta tarea.
Hay intelectuales clarividentes que nos orientan con sus escritos como es el caso de Fulgencio Argüelles. Su artículo en este diario, ‘Políticos sin política o el lenguaje del ruido’ (28-3-15), resulta esclarecedor.


                                                      Gijón, 10-4-2015 

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