Ante la posibilidad de que
Podemos alcance importantes cotas de poder en futuros comicios, su cúpula
dirigente propugna un giro hacia posiciones políticas más pragmáticas.
Concretamente, proponen asumir el ideario socialdemócrata, para lo que
incorporan el pensamiento político de prestigiosos economistas de izquierdas
como Vicenc Navarro o Juan Torres (se puede encontrar su programa en libros
tales como ‘Hay alternativas’, que circuló ampliamente entre los indignados).
No cabe duda de que este cambio,
de consolidarse, es positivo, y debe servir, no sólo para plantear una
alternativa creíble al neoliberalismo, hoy hegemónico, sino también para lograr
la necesaria unión de la izquierda, considerando como tal tanto al PSOE, como a
IU y al propio Podemos.
Nos encontramos aquí ante el
verdadero problema: ¿cómo lograr esa unión? Es bien sabido que la izquierda se
caracteriza por su endémica división. ¿Hay alguna fórmula para corregir esa
lacra? En teoría existe, y tiene carácter cultural. Se trata de cambiar nuestra
manera de entender y practicar la política. Consiste en hacer realidad el
modelo teórico que postula la democracia republicana (frente a la liberal,
actualmente existente).
Este modelo requiere procesos
amplios de deliberación y de toma de decisión, así como la cualificación de los
participantes para involucrarse en ellos, y son sus prácticas habituales la
manifestación de opiniones, la discusión y el intento de convencer a los otros.
Un cambio de mentalidad en la
sociedad de tal magnitud parece harto difícil, pero si, tal como afirman
algunos, no hay otra solución, habrá que ponerse manos a la obra, empezando por
las organizaciones políticas que cuentan con más medios. Se trata de enderezar
el rumbo perdido en los años que llevamos de democracia.
Gijón, 20-12-2014
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