viernes, 7 de noviembre de 2014

Las dos Españas


La entrega de los premios Príncipe de Asturias de este año puso de manifiesto que, desgraciadamente, siguen existiendo las dos Españas. Una, representada por los que estaban dentro del teatro Campoamor arropando al rey en la entrega de los premios. La otra, representada por los que estaban fuera, manifestando ruidosamente su protesta. Las diferencias se pueden apreciar tanto en el plano de la estética, como en el de la ética y la ideológica.
Los de dentro hacían su representación en un escenario imponente, ataviados con sus mejores galas, a los sones de docenas de gaitas, bajo potentes focos luminosos y mediáticos, siguiendo un guión cuidadosamente estudiado y discursos políticamente correctos. Los de fuera vestidos de manera informal, rodeados de pancartas y banderas, profiriendo gritos de protesta, sin luces, sin discursos, en la sombra mediática.
Los primeros encarnan el poder (económico, político, mediático, religioso). Los segundos representan a los excluidos (parados, desahuciados, timados, empobrecidos). Los de dentro rindieron pleitesía al nuevo rey al que, como en los viejos tiempos, consideran el máximo protector de sus privilegios (sólo faltaba el símbolo de la Iglesia). Los de fuera reivindicaban la República en la que depositan sus esperanzas. Los de dentro, en fin, parecen identificarse con la España del fraude, la corrupción, el pelotazo, las burbujas financiera e inmobiliaria; los de fuera se identifican con las víctimas que no se sienten representadas. Triste panorama al que hemos llegado después de 35 años de democracia.


                                                          Gijón, 25-10-2014

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