Los partidos políticos de Gijón
se encuentran inmersos en pleno proceso de renovación. Si bien el motivo
aparente para los cambios se centra en las próximas elecciones municipales, en
realidad lo que tratan todos es de superar la crisis interna que les aqueja.
Una crisis ya crónica, que se visualiza en la desafección de la ciudadanía
hacia tales instituciones. Es de suma importancia que acierten en la necesaria
regeneración que pasa por su democratización interna a fin de que se conviertan
en lo que deben ser: cauce de participación y comunicación entre los ciudadanos
y el poder político a fin de que éste gobierne en beneficio de aquellos.
Sin embargo, a la vista de cómo
transcurren los hechos, no parece que este objetivo se vaya a lograr. ¿Hay
algún denominador común a todos ellos que lo impida? En mi opinión, sí, y tiene
carácter cultural: es nuestra escasa capacidad para dialogar. La esencia de la
democracia es el debate político permanente entre los ciudadanos para llegar a
los acuerdos más idóneos y equitativos para la convivencia. Pero la política es
una ciencia compleja que se basa en ideas abstractas, en conceptos que no
pueden adquirirse a través de los sentidos, sino fundamentalmente a través de
la lectura y el estudio. Dado que lo que caracteriza a esta sociedad es el
desprecio por la cultura, se puede entender la impotencia que muestran estos
partidos para resolver sus problemas internos.
Gijón, 29-9-2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario