Paulo Freire, pedagogo brasileño de reconocido
prestigio, definió la cultura como el conocimiento de la realidad o el entorno
en el que vivimos para poder así actuar sobre el mismo a fin de mejorarlo.
Si analizamos el tipo de cultura que se imparte en la Universidad Popular
vemos que no se corresponde con el criterio arriba indicado. Es más bien, salvo
raras excepciones, una cultura del ocio o de la utilidad práctica que no sirve
para transmitir a los ciudadanos conocimientos que les permitan desarrollar la
capacidad de analizar y entender por sí mismos el complejo mundo en el que
vivimos. Sin embargo, esta aptitud es esencial para el desarrollo del sistema
de gobierno democrático en el que pretendemos convivir.
Desde otra perspectiva se puede decir que el tipo de
cultura que se da en la UP
se corresponde con el llamado pensamiento único o pensamiento que genera el
sistema neoliberal en que vivimos. Pensamiento único, pensamiento débil o
pensamiento lúdico-consumista como también se le conoce. Esto convierte a la UP en un espacio más de alienación
ciudadana, todo lo contrario del propósito que debiera perseguir una
universidad: crear un espíritu crítico respecto a la sociedad,
insoportablemente injusta, en la que vivimos.
¿Acaso nuestros políticos municipales y los
responsables de la programación de la
UP no son conscientes de la enajenación político-cultural de
nuestra sociedad? ¿En qué mundo viven?
Gijón, 21-2-2009
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