viernes, 8 de agosto de 2014

Réplica a un cruzado



El señor García, que desde estas páginas arremete cual cruzado un día sí y otro también al grito de “¡Santiago y cierra España!” contra todos los infieles por no caer de hinojos ante la Verdad absoluta que representa su fe, vuelve con su carta ‘¡Santísima, ahí tienes a tus hijos!’ a repartir anatemas.
Esta vez es para minusvalorar la anual ceremonia de la entrega de los premios Príncipe de Asturias, acontecimiento que no se puede comparar en importancia, según él, con la consagración de Asturias a la Santina que hizo el arzobispo Osoro. Se ve que el señor García encuentra el acto del teatro Campoamor demasiado laicista.
Después de calificar a los actuales tiempos de “duros y extraños, en los que algunos ideólogos anticristianos, desde posiciones políticas reaccionarias (¿serán los del PSOE?) quieren cercenar el futuro de Asturias con ataques continuos a su fe, a su historia y a sus sagradas tradiciones”, proclama lo que considera nuestra idiosincrasia más auténtica: la asturianía. Se ve que este señor desconoce el concepto de ‘ciudadanía’, una conquista histórica de la democracia que nos hace a todos iguales en nuestras relaciones en el ámbito público.
Finalmente, atribuye a la actual jerarquía eclesiástica la defensa de los derechos humanos y la lucha por los más débiles, inocentes y necesitados.
Esta aseveración es igualmente sorprendente si se tiene en cuenta la represión por parte de la actual jerarquía católica de la teología de la liberación que, como se sabe, defendía a los excluidos del sistema o la reciente condena del cardenal Rouco a la experiencia pastoral de unos curas comprometidos con los más pobres en la parroquia de Vallecas.


                                                                 Gijón, 5-11-2008     

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