miércoles, 13 de agosto de 2014

Una respuesta pedida


Como asiduo lector de una columnista habitual de este diario, acepto la invitación que me hace en su entrega “Tiempos diferentes”, para opinar sobre sus escritos. Sólo voy a referirme a una frase que dice en ese mismo artículo; es la siguiente: “Querría que de una buena vez se olvidaran los odios pasados, lo malo que hicieron unos y los otros y se recordara lo bueno. Que se reconstruyera desde el perdón”.
Aparte de que creo que no es posible separar lo bueno de lo malo de nuestros recuerdos, tampoco sería conveniente. Porque, suponga que nos olvidásemos de episodios tales como el esclavismo, los totalitarismos del siglo XX, la Inquisición, las Cruzadas, el colonialismo y todas las guerras, genocidios, torturas, matanzas, etcétera, que se produjeron a lo largo de nuestra historia. ¿Qué pasaría? La respuesta parece obvia: estaríamos condenados a repetirlo. Pero, ¿no lo estamos repitiendo? Evidentemente, sí. Conclusión. No recordamos nuestra historia.


                                                     Gijón, 1-1-2004 

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