jueves, 7 de agosto de 2014

Trabajar menos para trabajar todos


De vez en cuando, uno se encuentra con artículos de opinión tan excelentes, que merece la pena retenerlos y reflexionar sobre ellos. Tal es el caso de “Estar de más”, de Reyes Mate (El Comercio, 16-6-10). Destaca el autor la contradicción que se produce entre la importancia que la sociedad actual concede al trabajo, tratando, consecuentemente, de dar a los jóvenes una educación que los convierta a la vez en eficaces productores y buenos consumidores, y la imposibilidad material de generar trabajo para todos. A este respecto, Reyes Mate no lo dice, pero es bien conocido el hecho de que si los habitantes del mundo consumiésemos en la cantidad y al ritmo con que lo hacen los estadounidenses, necesitaríamos cinco planetas Tierra para satisfacer tal consumo. No hace falta insistir sobre tal despropósito.
Como salida para esta situación, el autor del artículo propone cambiar el modelo de educación. Esquemáticamente, consiste en sustituir la máxima con que se inicia “El Fausto” de Goethe: “En el principio era la acción”, por la máxima con que San Juan comienza su evangelio: “En el principio era el verbo”. Es decir, se trata de formar ciudadanos más capacitados para entenderse entre ellos, disfrutar de lo bello y de la vida contemplativa, que para dominar y transformar el mundo. En definitiva, propone trabajar menos, lo que significa también ganar y consumir menos, y repartir el trabajo.
Lo acertado de este análisis es indiscutible. El que hoy se pueda llevar a la práctica es impensable.


                                                                 Gijón, 21-6-2010

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