El título no es mío, se lo copié
al juez Garzón. Pertenece a un escrito suyo que se publicó el 28 de febrero de
2004 en El País. Aludía a los responsables de la invasión de Irak, una guerra
que recuerdo muy bien porque veo todos los días en los medios el infierno en
que convirtieron aquel país. Recuerdo las multitudinarias manifestaciones a las
que acudí en compañía de mi familia en vísperas de aquella locura con la
esperanza de evitarla. Entonces sabíamos que nos estaban engañando; que no
había armas de destrucción masiva; que era un pretexto para que las grandes
multinacionales, verdadero poder en el mundo, obtuvieran pingües beneficios. El
tiempo nos dio la razón: nos engañaron. Pero el mal estaba hecho y los
responsables… de rositas. El juez Garzón alzó valientemente su voz: “Tiempo de
canallas”. Lo pagó caro. Es arriesgado meterse con los poderosos. No puedo
quitar de mi cabeza esta idea: “Tiempo de canallas”.
Gijón, 16-2-2012
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