Un columnista habitual de este
periódico, dedica su artículo del día 19 a justificar la condena al juez Garzón,
argumentando que es un ‘justiciero’ (así titula su escrito). A modo de prueba,
interpreta negativamente determinados comportamientos del juez. Concretamente,
de uno de ellos dice: “Asimismo, publicó un artículo con gravísimas acusaciones
al presidente del Gobierno por su apoyo a la guerra de Irak”. No da el nombre
del artículo, pero presumiblemente se refiere a ‘Tiempo de canallas’, publicado
por Garzón al año de la invasión de Irak, en el que, efectivamente, hace
acusaciones gravísimas a los responsables de esta guerra entre los que está,
como es sabido, el señor Aznar.
Aparte de explicar las razones
para tal acusación (“acción militar ilegal”), la tesis del artículo de Garzón
rebasa ampliamente la figura de Aznar (al que por cierto no cita) para entrar
en un asunto de mucho más calado: la indiferencia de amplios sectores de la población,
no solo ante la guerra de Irak, sino la de decenas de conflictos bélicos que se
producen en el mundo con centenares de miles de muertos, que podrían ser
evitados con otra actitud de la ciudadanía.
A modo de muestra, reproduzco un
párrafo de su extenso artículo: “Un sector demasiado amplio de la sociedad vive
mediatizado por la timidez, por los compromisos sociales, por las falsedades
religiosas, por las actitudes pasivas, por la mentira oficial, y actúan como
avestruces humanas que ocultan la cabeza debajo del forro de la chaqueta y se
tapan los oídos ante lo que está sucediendo delante de sus ojos”.
Como se puede apreciar, este
discurso es un auténtico mazazo moral que, indudablemente, incomoda a muchos.
Personalmente, e identificándome con otros, considero que Garzón no es un
justiciero, sino un héroe.
Gijón, 2-4-2012
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