Resulta un tópico aprovechar la
época estival para hablar de libros por aquello del tiempo libre y demás.
También se menciona la crisis para proponer la lectura que, más barata, supone
una alternativa a otros pasatiempos. Sin embargo, yo creo que para hablar de
libros, cultura al fin y al cabo, no se necesita ningún pretexto. Tiene sentido
en todo tiempo y lugar. Ello porque la lectura es útil por múltiples razones:
nos hace mejores personas, más felices y ayuda a entendernos mejor.
De entre los diversos tipos de
libros destacan los de ensayo, que proporcionan las máximas satisfacciones
porque nos permiten descubrir el mundo, lo que resulta fascinante. Hay
verdaderas joyas. A modo de ejemplo, cito dos:
‘La larga marcha’, en donde su
autor, Joaquín Estefanía, ofrece la crónica de un gigantesco esfuerzo
colectivo, la historia de un éxito: la larga marcha de España hacia Europa,
esto es, hacia la modernidad. El inicio se sitúa en el año 1957, cuando se
aprueba ‘El plan de Estabilización’, que supuso el despegue que llevaría a
nuestro país desde posiciones de atraso y postración a ocupar un lugar en el
grupo del primer mundo.
El otro libro, ‘Lecciones sobre
la historia de la filosofía política’, recoge, tal como indica su título, las lecciones
que el autor, John Rawls, impartió durante 30 años como profesor en la Universidad de
Harvard. En ellas examina las diversas corrientes que configuran las
tradiciones liberal y democrática constitucional, así como las figuras
históricas que mejor representan esas corrientes: entre ellas, los
constitucionalistas Hobbes, Locke y Roussseau; los utilitaristas Hume, Sidgwick
y J. S. Mill, y también Marx, en calidad de crítico del liberalismo.
Imprescindible para conocer los orígenes de las revoluciones industrial y
democrática que, iniciadas en Inglaterra en el siglo XVII y continuadas en
Francia un siglo más tarde, cambiaron el mundo.
Gijón, 1-9-2009
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