El obispo auxiliar de Oviedo,
señor Berzosa, da a conocer sus ideas tanto religiosas como políticas en una
entrevista publicada en este periódico el día 9 de octubre. Éstas se
caracterizan por estar en perfecta sintonía con los vientos ultraconservadores que
soplan desde el Vaticano, y confirman que las esperanzas que supusieron para la
humanidad el Papa Juan XXIII y el Concilio Vaticano II han quedado
irremisiblemente arrumbadas.
En su ofensiva contra la ciencia
y la razón, hace el señor obispo una advertencia a los científicos,
personalizados en este caso en los tres codirectores de Atapuerca y en especial
uno de ellos, el señor Carbonell: no se metan ustedes en asuntos de ética y
filosofía y dejen para la
Iglesia esos menesteres.
Enlaza, así, con la tradición
secular de la Iglesia
católica según la cuál las conclusiones a las que llegan los científicos en sus
investigaciones o coinciden con la Verdad Revelada (con mayúsculas) o caen en el
error (en épocas pretéritas éste se identificaba con el pecado y se castigaba
con la tortura o la muerte).
Sin embargo, parece evidente que
no pueden confundirse las conclusiones científicas, producto de la observación
de la naturaleza, con las opiniones que se fundamentan en interpretaciones
subjetivas de supuestas verdades reveladas y asumidas por la fe.
Gijón, 12-10-2005
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