domingo, 10 de agosto de 2014

Sobre la laicidad


En un excelente artículo, ‘La laicidad explicada a los niños’, aborda el filósofo Savater el significado de un término muy manipulado hoy en día: la laicidad.
Define la laicidad como “el reconocimiento de la autonomía de lo político y civil respecto a lo religioso, la separación entre le esfera terrenal de aprendizajes, normas y garantías que todos debemos compartir y el ámbito íntimo (aunque públicamente exteriorizable a título particular) de las creencias de cada cual”.
Hace Savater un breve repaso de la actitud radicalmente hostil que tuvo la Iglesia católica contra la separación entre el Estado y la Iglesia que se inició en el siglo XVIII con la proclamación de los Derechos del Hombre. Una oposición que se mantiene hasta la actualidad como se demuestra, entre otras cosas, en la reivindicación de los obispos de lo que llaman el derecho de los padres a elegir libremente la educación de sus hijos. Savater afirma que va contra la democracia pretender que los valores de los padres se antepongan a los valores cívicos en los que se fundamenta la democracia, estando, por tanto, el Estado únicamente comprometido a educar en base a esos valores, es decir, a formar ciudadanos demócratas.
Por si quedase alguna duda  al respecto, Savater cita la siguiente frase de Claudio Magris: “En nombre del deseo de los padres de hacer estudiar a sus hijos en la escuela que se reclame de sus principios –religiosos, políticos y morales- surgirán escuelas inspiradas por variadas charlatanerías ocultistas que cada vez se difunden más, por sectas caprichosas e ideologías de cualquier tipo. Habrá quizá padres racistas, nazis o estalinistas que pretenderán educar a sus hijos –a nuestras expensas- en el culto de su Moloch o que pedirán que no se sienten junto a extranjeros...”.


                                                                                Gijón, 7-11-2005

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