Parece obvio, desde la
perspectiva del porvenir de un estudiante de secundaria, que éste pueda elegir,
para cursar como optativa, asignaturas tales como física, química, matemáticas
o dibujo técnico, en lugar de otras que suelen calificarse de ‘marías’ y más
parece que están para facilitar el paso de los alumnos. Máxime, si tenemos en
cuenta que es sobre aquellas asignaturas sobre las que recaen fundamentalmente
las pruebas de la OCDE
en donde España obtiene tan malos resultados.
También parece obvio que el
sistema de enseñanza debería dar el máximo apoyo a los alumnos que buscan
adquirir conocimientos importantes, como los señalados al principio, aunque con
duro sacrificio por su parte.
Sin embargo, se dan casos
(desconozco si puntuales o generalizados) en que a estudiantes de bachillerato
no se les ha permitido elegir como optativa alguna de las asignaturas
mencionadas.
Este hecho y otros parecidos
ponen de manifiesto una realidad: el predominio en la enseñanza de intereses de
todo tipo (padres y alumnos oportunistas, profesores sin escrúpulos, políticos
incompetentes... hasta la
Iglesia católica o los bablistas quieren sacar tajada) sobre
el único que debería prevalecer, y es que todos los alumnos adquieran y
desarrollen el máximo de conocimientos según su capacidad y ganas de trabajar.
Mal se podrá defender la escuela
pública, único sistema que garantiza la igualdad, si no se permite que los
alumnos que quieran labrarse un porvenir con el máximo esfuerzo, tengan todos
los medios para lograrlo.
Gijón, 19-9-2005
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