Es bien
sabido que hay personas a las que no les gusta la política. Por unos u otros
motivos, viven ajenos a ella y, por tanto, carecen de opinión o criterio propio
al respecto.
Pues bien,
parece evidente que los discursos y el mensaje político del presidente del
Gobierno, Aznar, va dirigido fundamentalmente a ese colectivo, tal es la
cantidad y el calibre de los disparates que dice. Lo hace con la perversa intención
de manipular, lo cual es un chantaje político. No de otra forma puede
entenderse que diga, por ejemplo, que Zapatero está coaligado con el
‘comunista’ Llamazares; que el ‘secesionista’ Ibarretxe va a dividir España si
gana Zapatero; que éste ha dividido la
UE y ha desacreditado la ONU ; que Zapatero y Llamazares (y con ellos
millones de españoles) se lamentan del rápido final de la guerra de Irak porque
ya no pueden ir tras las pancartas que es lo suyo (¡qué desfachatez!); o que
Zapatero (siempre personalizando) no se manifiesta contra Castro que aplica la
pena de muerte, como si él no apoyase a Bush, responsable de miles de muertes,
unas con juicio y otras sin él; la lista se hace interminable.
Este indigno
comportamiento es en sí mismo lo suficientemente grave como para ser tenido en
cuenta en las próximas elecciones y debería ser castigado como se merece.
Gijón, 8-5-2003
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