sábado, 9 de agosto de 2014

Sobre asociaciones de víctimas


El comentarista político Juan Neira relaciona en su artículo del día 13, “Buenos y malos”, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) con las Abuelas de la plaza de Mayo. La comparación entre ambas asociaciones me parece desafortunada, porque son muchos más los elementos que las separan que los que las unen. En realidad sólo comparten el origen de su existencia, la defensa de las víctimas. En todo lo demás son antagónicas.
La AVT actúa como correa de transmisión del PP y medios de comunicación afines en la desaforada campaña de linchamiento de Zapatero (Z-ETA-P, según el último insulto de una larga lista). Su ideología política de extrema derecha, ha quedado, una vez más, confirmada en las dos consignas por las que se movilizaron el pasado día 10 en Madrid: “Queremos saber la verdad”, en alusión al 11-M, que encierra una deslegitimación al Parlamento, a las fuerzas de seguridad del Estado y a la Audiencia Nacional que durante dos años han estado trabajando sobre el caso y “Negociación en mi nombre, no”, con la que se deslegitima al Gobierno y al Parlamento que aprobaron el diálogo en determinadas condiciones.
La asociación de las Abuelas de la plaza de Mayo tiene como objetivo recuperar la verdad y la memoria de miles de desaparecidos en Argentina durante la dictadura militar. Estas víctimas habían sido condenadas al olvido con la ley del punto final. No se identifican con ningún partido político y su ideología es de izquierdas.
Si el señor Neira quiere buscar una equivalencia en España de las Abuelas de la plaza de Mayo la encontrará en la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica que busca recuperar los restos de miles de desaparecidos españoles de la guerra civil que se encuentran abandonados en montes y cunetas.


                                                                                Gijón, 15-6-2006 

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