sábado, 9 de agosto de 2014

La fusión de Mittal y Arcelor


El economista Joaquín Estefanía expone en su libro “La mano invisible” que el neoliberalismo económico, que sucedió al sistema de equilibrio entre bloques y se impuso en el mundo de forma aparentemente definitiva, se caracteriza porque el poder real no reside en el pueblo y, por delegación, en los políticos, como debería ser en los sistemas democráticos, sino en las grandes multinacionales. Ello explica hechos aparentemente sorprendentes como el éxito de la empresa Mittal en su intento de fusión con Arcelor contra del criterio de políticos, sindicalistas y la mayoría de los ciudadanos.
Pero, el verdadero problema se da en que esta paradoja es aceptada sin reservas por la mayoría. Muy pocos se plantean una alternativa al neoliberalismo. Sin embargo, es difícil asumir que estamos ante el final de la historia, aunque sólo sea porque no podemos permanecer impasibles ante hechos como la creciente desigualdad en el reparto de la riqueza en el mundo o la imparable destrucción del ecosistema al que nos conduce el capitalismo salvaje.
Para buscar salidas a esta situación resulta imprescindible plantearse dilemas tales como ¿el poder del pueblo o el poder de las multinacionales? similar a aquél otro que planteó, precisamente en nuestra tierra, el filósofo Sartori ¿el poder del pueblo o el poder de Dios? aunque me temo que ambos poderes, el de las multinacionales y el de Dios, sean en el fondo el mismo.
Si la respuesta a estas preguntas es, como creo, el poder del pueblo, resulta inevitable hacer otra: ¿cómo se hace el pueblo con el poder? Como se suele decir en estos casos, ésta sí que es una buena pregunta.


                                                                    Gijón, 29-6-2006 

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