De acuerdo con la recién
aprobada Ley Orgánica de Educación (LOE), se establecerá una asignatura de
educación para la ciudadanía, tendrá carácter evaluable y los contenidos
contemplarán nociones de ética, igualdad, valores constitucionales y educación
vial.
La medida cuenta con la
aprobación de todos los grupos parlamentarios, excepto, cómo no, del PP que la
considera un instrumento de adoctrinar, y para apuntalar el argumento la
comparan con la ‘Formación del espíritu nacional’ del anterior régimen. Produce
cierto sonrojo tener que explicar las diferencias entre ambas disciplinas,
pero, como se ve, resulta obligado.
En la asignatura franquista se
divulgaban los valores del llamado Movimiento Nacional que tenían como fin
formar buenos súbditos, ya que ese era el papel asignado a los ciudadanos. Su
principio básico podría resumirse en la frase: “el que sirve para mandar,
manda, y el que no, obedece”. En una sociedad fuertemente jerarquizada como
aquella, resulta fácil imaginar quien mandaba y quien obedecía. Además, los
profesores debían jurar lealtad a los principios del nacional-catolicismo.
La nueva asignatura de la LOE busca formar ciudadanos
libres, con criterio propio para que puedan asumir las responsabilidades
públicas que les corresponden en una democracia, que son, como se sabe, decidir
colectivamente la convivencia. A los profesores no se les controla su ideología
política.
Pero, la incongruencia del PP
rebasa todos los límites cuando pretenden dar a la Religión carácter
evaluable, porque esta asignatura sí es un instrumento de adoctrinar, carece de
respaldo científico y sus profesores son seleccionados por la Iglesia que vigila, no
sólo la ortodoxia de sus enseñanzas (el dogma), sino también su vida privada.
Gijón, 10-6-2006
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