lunes, 4 de agosto de 2014

¿Saben lo que hacen?


Me refiero a los actuales gobernantes. Tal parece, por las medidas que toman, que no tienen ni idea. Lo probaré con dos ejemplos. Reforma de la ley del aborto: resulta que se imputa  por delito a las personas que colaboren en la interrupción del embarazo en los casos previstos, pero no a la gestante que queda exenta. Pero ¿no es la ley igual para todos? ¿Se considera a la mujer menor de edad, sin criterio suficiente, necesitada de tutela? Autoriza el aborto en caso de violación, pero no en los demás casos, incluido la malformación del feto. ¿No se está castigando aquí la culpa de la mujer por tener relaciones sexuales consentidas, es decir, por cometer un pecado según la doctrina de la Iglesia? Se deja en manos de los psiquiatras la posibilidad de autorizar el aborto en caso de graves secuelas psíquicas para la embarazada. Pero ¿cómo puede alguien, por muy profesional que sea, valorar las gravísimas consecuencias que, de por vida, se derivan del hecho de tener un hijo no deseado? ¿Acaso creen que tener un hijo es una cuestión que dura nueve meses?
El otro caso es igualmente disparatado. Se trata de la intención del Gobierno de traspasar a los vigilantes de seguridad de empresas privadas la misión de velar por la seguridad pública. Aparte de la dudosa formación que puedan tener esas personas para asumir tal responsabilidad, hay un tema mucho más grave. Es bien conocido que en un Estado de derecho el monopolio de la violencia lo ostenta el Estado, que es el único legitimado para ejercer la fuerza que de ello se deriva. Esto significa que sólo los funcionarios (en este caso la policía) pueden ejercer la potestad administrativa en nombre del Estado. En cambio, esta medida va a permitir que servidores del interés privado (de la empresa que les paga) gestionen la seguridad ciudadana.


                                                              Gijón, 13-1-2014   

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