domingo, 10 de agosto de 2014

Réplica por alusiones


Resulta que el asiduo de esta página de opinión que culpa al tándem PP/Iglesia de todos los males, al que se refiere el señor Juanmartí en su carta del 2 de febrero, soy yo y por alusiones me veo obligado a defenderme. Lo tengo fácil, por más que veo difícil que mi interlocutor acepte alguno de mis argumentos.
No critico tanto al PP y a la Iglesia por mi condición de izquierdas cuanto por considerar que dañan con su política al sistema democrático que nos hemos impuesto. ¿De qué manera? El PP haciendo de la mentira, la manipulación y descalificación del adversario su moneda de uso corriente. Respecto a la Iglesia católica ha olvidado que en una democracia las creencias han de vivirse en el plano de la privacidad y ha irrumpido una vez más en la vida pública con sus viejos anatemas y prejuicios.
Se me argumentará que el PP no miente. Voy  a dar solo dos ejemplos de lo contrario a modo de muestra. Uno, la guerra de Irak ¿Hace falta recordar la historia a estas alturas? Evidentemente, no, pero sí decir que los responsables de esta monumental mentira, Aznar y su partido entre otros, siguen por la vida de rositas y ni han pedido perdón ni han renunciado a la política que propició tal catástrofe. El PP se erige en España como el único defensor de la Constitución. A tal propósito convoca una de sus ‘multitudinarias’ manifestaciones y recoge firmas por toda España. Pero, hombre, ¿quién luchó en este país, en muchos casos hasta el heroísmo, para traer las libertades democráticas y la Constitución? ¿Fue el PP/AP? Sentiría vergüenza tener que explicarlo.
Finalmente, disiento de usted sobre el valor de las palabras. En una democracia la palabra es sagrada y no se pueden hacer con ella juegos malabares como hace usted en su carta.

P.D. El asiduo a ‘Cartas al director’ al que usted se refiere es un ciudadano que cree en la democracia y la defiende con la mejor arma de que dispone: la palabra.


                                                                                  Gijón, 2-2-2006

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