martes, 5 de agosto de 2014

Réplica al arzobispo


Desde que llegó a esta región no pierde la ocasión de provocar. Aprovecha la relevante tribuna que le proporciona su cargo (que, por cierto, no es democrático ya que no ha sido elegido por la ciudadanía), para divulgar su trasnochada ideología. Me refiero al arzobispo de Oviedo. Así, utiliza la muerte de un destacado político, situado en el extremo opuesto a su ideario -desde la Transición Carrillo fue un firme defensor de la democracia-, para tergiversar la historia.
Porque, si hubo un personaje inmisericorde durante la primera época de Carrillo, fue el dictador Franco que contó con el apoyo incondicional de la Iglesia de este arzobispo. No podemos olvidar que se presentaba como ‘caudillo por la gracia de Dios’ y la inmisericorde guerra que provocó fue calificada de ‘Santa Cruzada’.
No sé si los mártires de Cristo, pero sí que los mártires españoles, que fueron todos los que perecieron en los dos bandos enfrentados (del bando de los perdedores aún quedan más de 100.000 muertos enterrados en las cunetas) y los que padecieron destierro, cárcel, tortura, así como todos los que nacimos en el inmisericorde régimen que se implantó durante 40 años, fueron producidos por los golpistas del 36, que, con el pretexto de combatir al comunismo, destruyeron la frágil democracia de la II República.
Las ofensas del arzobispo son particularmente odiosas porque siendo la Iglesia católica española una institución privada al servicio de los creyentes en su fe, está subvencionada por todos los españoles, creyentes y no creyentes, siendo este hecho una reminiscencia (una más entre muchas) del inmisericorde pasado al que me referí antes.


                                                           Gijón, 21-9-2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario