La noticia aparecida en primera
plana de este periódico, con fecha 8 de septiembre, dando cuenta de las
palabras de Mercedes Fernández es para poner los pelos de punta: “Si los
ciudadanos lo exigen, los diputados dejarán de cobrar. La líder del PP respalda
la propuesta de Cospedal”.
Si estas medidas se llevan a
cabo y, tal como van las cosas no se puede descartar que así sea, supondrá el
fin de la democracia ya que quedarán sin representación política amplios
sectores de la sociedad, precisamente los más pobres.
Cualquiera sabe que las
ideologías de los líderes políticos están determinadas, por lo general, por la
clase social a la que pertenecen dichos líderes. Por poner un ejemplo, los
políticos del PP salen fundamentalmente de las clases acomodadas a las que
representan, surtiéndose los de IU de los sectores obreros. Resulta evidente
que, si se consolida el despropósito enunciado más arriba, estos grupos
sociales, que son mayoría, quedarán sin representación, al no contar sus
representantes con patrimonio alguno u otra fuente de ingresos. Esto no ocurre
con los de las clases pudientes.
Las consecuencias serán trágicas
pues, entre otras cosas, desaparecerá la ya debilitada ideología de la
izquierda, única que puede presentar en la actualidad una alternativa viable a
la locura política, económica y social a la que nos ha conducido el
neoliberalismo hegemónico en el mundo.
Con sus declaraciones la señora
‘Cherines’ deja en evidencia que, al igual que su líder político, desconoce la
realidad en la que vive. Teniendo en cuenta las cotas de poder de estos señores,
el porvenir que nos aguarda no puede presentarse más negro.
Gijón, 8-9-2012
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