Se acercan
unas nuevas elecciones y los ciudadanos somos convocados a protagonizar uno de
los momentos estelares de la vida democrática: elegir a los gobernantes.
Tendremos, pues, que decidir a quien votar y serán diversos los criterios que
se tengan en cuenta. Yo propongo que se tome como referencia la misma
democracia. Como se sabe, la democracia es un sistema de convivencia que
establece unas reglas del juego y se basa en unos valores éticos y culturales bien
definidos. Teniendo en cuenta además que la democracia es un proyecto, un
objetivo respecto del cual podemos acercarnos o retroceder, la pregunta
pertinente sería: ¿qué partido político es capaz de impulsar a España hacia
cotas más altas de democracia?
Desde esta
perspectiva, opino que un triunfo por mayoría absoluta del PP con la
consiguiente continuidad de la última legislatura tendrá efectos devastadores.
Me baso en los siguientes hechos: la política del PP se caracterizó por la
confrontación y la descalificación permanente del contrario, impidiendo el
diálogo y la cohesión social. Este Gobierno utilizó descaradamente los medios
de comunicación que controla para hacerse propaganda. La prepotencia y las
mentiras en asuntos gravísimos como la guerra de Irak, el desastre del
‘Prestige’ o la catástrofe del Yak-42, atentan contra las mismas bases de la
democracia. Otros errores inadmisibles son: el acatamiento sin consenso a la Administración Bush ,
una de las más ultraconservadoras y belicosas de EE UU; la división originada
en la UE ; su
alineación con el neoliberalismo más exacerbado; y la utilización del
terrorismo y el nacionalismo con fines partidistas. Finalmente, la ocultación y
manipulación de nuestro pasado más inmediato con el fin de llevarnos de nuevo
hacia el nacional-catolicismo, de donde salió su líder, hace presagiar los más
negros augurios.
Gijón, 28-02-2004
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