miércoles, 13 de agosto de 2014

Reflexiones electorales


Se acercan unas nuevas elecciones y los ciudadanos somos convocados a protagonizar uno de los momentos estelares de la vida democrática: elegir a los gobernantes. Tendremos, pues, que decidir a quien votar y serán diversos los criterios que se tengan en cuenta. Yo propongo que se tome como referencia la misma democracia. Como se sabe, la democracia es un sistema de convivencia que establece unas reglas del juego y se basa en unos valores éticos y culturales bien definidos. Teniendo en cuenta además que la democracia es un proyecto, un objetivo respecto del cual podemos acercarnos o retroceder, la pregunta pertinente sería: ¿qué partido político es capaz de impulsar a España hacia cotas más altas de democracia?
Desde esta perspectiva, opino que un triunfo por mayoría absoluta del PP con la consiguiente continuidad de la última legislatura tendrá efectos devastadores. Me baso en los siguientes hechos: la política del PP se caracterizó por la confrontación y la descalificación permanente del contrario, impidiendo el diálogo y la cohesión social. Este Gobierno utilizó descaradamente los medios de comunicación que controla para hacerse propaganda. La prepotencia y las mentiras en asuntos gravísimos como la guerra de Irak, el desastre del ‘Prestige’ o la catástrofe del Yak-42, atentan contra las mismas bases de la democracia. Otros errores inadmisibles son: el acatamiento sin consenso a la Administración Bush, una de las más ultraconservadoras y belicosas de EE UU; la división originada en la UE; su alineación con el neoliberalismo más exacerbado; y la utilización del terrorismo y el nacionalismo con fines partidistas. Finalmente, la ocultación y manipulación de nuestro pasado más inmediato con el fin de llevarnos de nuevo hacia el nacional-catolicismo, de donde salió su líder, hace presagiar los más negros augurios.


                                                                        Gijón, 28-02-2004 

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