martes, 12 de agosto de 2014

Política sin complejos


Sin complejos expone sus ideas José María Areilza de Carvajal en su artículo “La diplomacia de las emociones” (El Comercio, 1 de agosto). En resumen, viene a decir que los españoles haríamos bien en no dejarnos llevar por las emociones que sentimos ante las matanzas y destrucciones diarias ocasionadas por la guerra de Irak, y ser lo suficientemente pragmáticos como para volver a la vía diplomática emprendida por Aznar que consistía, como es bien sabido, en ser amigos de Bush, por aquello de que íbamos a ganar bastante más.
No sé si este señor es miembro de la FAES (organización cultural fundada por Aznar -genio y figura- para divulgar su ideología), pero, no cabe duda de que está inspirado por ella. Sus principios son bien simples. Recordemos: guerra preventiva (anticipatoria decía el interfecto) para golpear primero (o por si acaso); combatir el terrorismo en sus efectos y no en sus causas; y hacer favores previos para que, posteriormente, te los hagan a ti.
De todo ello dio abundantes pruebas prácticas Aznar. Una, que creo que viene a cuento recordar aquí por aquello de la reciente bronca que el Papa echó a Zapatero en su visita al Vaticano, es la siguiente: Aznar fue recibido por su santidad varias veces sin ser amonestado lo más mínimo, a pesar de ser un promotor destacado de la guerra de Irak, guerra, como se sabe, condenada por el mismo Papa. Y es que, previamente, Aznar le había hecho el favor de permitir la entrada de la Iglesia en los colegios para impartir la enseñanza de la religión católica, amén de promover la inclusión de las raíces cristianas en el texto de la Constitución Europea. Política sin complejos se llama a eso.


                                                     Gijón, 2-8-2004

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