martes, 12 de agosto de 2014

Egoísmo


Me siento casi obligado a contestar a la carta de una ciudadana, que con el título “Enhorabuena” publicó El Comercio en estas mismas páginas. Y es que no calificaría yo de capricho el deseo de ciertos padres de enviar a sus hijos, contra viento y marea, a colegios de su preferencia, pagados con el dinero de todos, sino de egoísmo. En mi opinión, lo que muchos llaman libertad no es más que egoísmo. Es más, creo que vivimos en la era, no de las libertades (pues éstas son para todos, y hay personas que no pueden ni vivir), sino de los egoísmos. Si a esto unimos la ignorancia y el desinterés generalizados por las cuestiones públicas (pongan las excepciones que quieran e inclúyanse en ellas si así lo consideran), creo que completaremos el cuadro que define nuestra sociedad. Una ignorancia que les hace pensar a muchos que la democracia establece un código de valores y normas acomodaticio a las necesidades de cada uno.
Este fenómeno es fácil de explicar si tenemos en cuenta que desde las más altas instancias políticas y mediáticas se está transmitiendo este pensamiento. Los gijoneses tenemos una oportunidad de verificar esto que digo, viendo el documental, en cartelera estos días, “Fahrenheit 9/11”. En él, su director, Michael Moore, explica magistralmente cómo la defensa de intereses económicos particulares se hace pasar por la defensa de las libertades y de la democracia.


                                                                    Gijón, 4-8-2004

No hay comentarios:

Publicar un comentario