Asturias sufrió una pérdida
irreparable el pasado día 20 de abril con el cierre del diario ‘La Voz de Asturias’. Digo
irreparable porque era una excepción en un mundo, el mediático actual,
caracterizado mayoritariamente por la servidumbre a los poderes establecidos
(el poder del dinero, en expresión de Stéphane Hessel) y la divulgación de su
ideología (la neoliberal). La Voz
de Asturias suponía para sus lectores un soplo diario de esperanza (a excepción
del señor Gabino de Lorenzo que, según sus propias palabras, “utilizaba sus
hojas para limpiar la mierda de sus perros”) entre tanta vulgaridad moral y
mediocridad intelectual en la que estamos inmersos. Era una voz crítica contra
la perversión democrática. Su cierre supone un escalón más en el descenso a la
nada.
Gijón, 25-4-2012
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