martes, 5 de agosto de 2014

El Estado gendarme


La reforma que el ministro del Interior propone para endurecer las penas a los ciudadanos que, de diversas formas y por diversos motivos, manifiestan sus protestas, supone un paso más en el proceso involucionista en el que estamos metidos: la destrucción del Estado Social alcanzado en Europa a mediados del siglo pasado, generador del estado de bienestar, y la vuelta al que se creía definitivamente superado: el liberal del siglo XIX, el del ‘laissez faire’, el Estado gendarme, que se cruza de brazos ante los desequilibrios y las desigualdades que se originan en el mundo económico.
Teniendo en cuenta que los actos violentos que puedan producir los manifestantes ya están gravemente penados por la legislación actual, las nuevas propuestas buscan únicamente calificar la resistencia pasiva como delito de atentado (con penas superiores a dos años de cárcel) y equiparar la convocatoria por Internet de manifestaciones que causan desordenes con la criminalidad organizada.
Si la desmesura y el despropósito de estas medidas se hiciesen realidad, movimientos de ciudadanos tales como los del 15-M, que manifiestan pública y pacíficamente su justa indignación contra las injusticias y desigualdades que la actual política neoliberal produce en el mundo, serían criminalizados. La intencionalidad del Gobierno es clara: pretende paralizar por el miedo a las víctimas de esa política que está aplicando.
Finalmente, cabe señalar la coincidencia ideológica que inspira tanto el proyecto del PP como la que está detrás de la Ordenanza de la convivencia cívica propuesta por el Gobierno municipal del Ayuntamiento de Gijón presidido por Foro, lo que deja en evidencia la similitud de ambas formaciones políticas.


                                                              Gijón, 14-4-2012

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