Decían los
antiguos algo así como que: “primero son las obligaciones y luego la
devociones”. Eso, como digo, era antes, pues ahora, en los tiempos de la
postmodernidad, las cosas se han vuelto del revés y primero son las devociones
y luego las obligaciones.
Digo todo
esto a propósito de la decisión del Principado de conceder un aval al Sporting
de 1,2 millones de euros (para pagar la ficha de un tal Lediakhov, se dice,
¡más de 200 millones de pesetas!). Ya el año pasado el Ayuntamiento de Gijón
pagó, recordémoslo, más de 1500 millones de pesetas para ‘salvar’ al equipo
local.
Que a los
ciudadanos no les falte su ración dominguera de fútbol, no vaya a ser que se
queden con la mente en blanco y den en hacerse preguntas, como por ejemplo:
¿por qué miles de jóvenes tienen que emigrar para encontrar trabajo, o por qué
docenas de miles de asturianos viven en el umbral de la pobreza?
¡Qué
vergüenza!
Gijón, 3-8-2002
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