Zapatero no
lleva aún en el Gobierno los 100 días, que la cortesía y el sentido común
aconsejan esperar para iniciar las críticas a su gestión, y ya la derecha se
lanzó a tumba abierta a desacreditarle, aunque sea con argumentos tan baladíes
como que haya cedido a Roma el honor de ser la sede de la próxima firma del
acuerdo de la
Constitución Europea (no ven que este gesto forma parte del
nuevo estilo que consiste, precisamente, en no estar conjugando continuamente
el yo, mi, me, conmigo).
¿Qué se puede
esperar del nuevo Gobierno? Seguramente, cada uno tendrá su lista de
preferencias. Yo me hago eco aquí de tres objetivos que un catedrático de
Derecho Político, Manuel Ramírez, expone en un reciente artículo suyo:
1)
Españolizar España. Es decir, retomar, divulgar y hasta inculcar el sentido de
“patria común” del que habla nuestra Constitución y que, con sus buenas y malas
etapas, hemos heredado los españoles. 2) Democratizar la democracia. Se trata
de recuperar la ilusión y el interés perdido de los ciudadanos para lo cual
habrá que tomar medidas encaminadas a acabar con la partitocracia, el usual
sistema de “cuotas” a la hora de elegir cargos importantes, las encarnizadas
luchas sobre parcelas de poder y no sobre cuestiones ideológicas de las fuerzas
políticas, etcétera. 3) Culturizar la sociedad. Nadie puede negar las altas
cotas de mediocridad que padece el país. Aquí nadie engendra una idea que
merezca la pena, y si la política es acusada de mediocre es porque mediocres
son también otros muchos sectores de nuestra cultura y nuestra sociedad.
Creo que,
como el autor mencionado, podemos darnos por satisfechos si este Gobierno logra
avanzar en estos tres frentes.
Gijón, 24-5-2004
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