“Hay quienes no desean la
erradicación de todas las guerras, sino sólo las que declaran, sostienen y
ganan… sus contrarios políticos”. Así de rotundo y contundente se manifiesta el
arzobispo de Oviedo en clara alusión a los que, habiendo estado en contra de la guerra de Irak, apoyan ahora la guerra de
Libia. A continuación califica a tales personas de hipócritas. Es decir, está
llamando hipócritas a miles, posiblemente millones de personas (yo entre ellas)
que consideramos que la guerra de Irak fue un monumental error, una agresión
injustificable, mientras que la de Libia está justificada.
En otro orden de cosas, compara
la pena de muerte y la tortura con la eutanasia y el aborto y vuelve a la
carga: “Hay cejas y cejas y algunos no cejan en su hipocresía”. Nada más. Ni un
argumento, ni una explicación. Sólo insultos.
Señor Sanz, parece que usted no
sabe que vivimos en una sociedad plural. Eso quiere decir que no pensamos
igual. No tenemos el mismo sentido de la ética, ni los mismos criterios, ni
vemos la realidad de la misma manera. Esto nos obliga a dialogar, es decir,
razonar, confrontar y argumentar nuestras posturas para llegar al necesario
entendimiento. Ésa es la esencia de la democracia. Exponga sus razones si es
que las tiene, pero, por favor, no nos insulte.
Gijón, 9-4-2011
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