Los defensores del sistema
neoliberal que padecemos no dan abasto en su intento de justificar los atropellos
de sus valedores instalados en el poder con mayoría absoluta. Como no tienen
argumentos, recurren a la manipulación y a la mentira. Un ejemplo lo tenemos en
una carta publicada en este periódico con fecha 2 de octubre, con título ‘Parálisis’, que contiene una brutal agresión
contra los sindicatos con motivo de la convocatoria de la huelga general del
próximo día 14.
En ella, su autor, después de
rechazar la oportunidad de tal huelga (por lo visto pretende que los millones
de parados y los otros tantos solidarios con ellos nos quedemos en casa
resignadamente, rumiando nuestra indignación), la emprende con los sindicatos a
los que viene a calificar de mafias. En el colmo del cinismo los compara con el
sindicato vertical franquista porque, según dice, estos hacen huelgas. En su
agresión a los sindicatos coincide con este Gobierno que pretende eliminarlos
(véanse las propuestas que al respecto planea el ministro Gallardón).
El disparate de tal política se
pone de manifiesto a poco que conozcamos la historia. Sólo cuando los
trabajadores acertaron a organizarse en formaciones sindicales y políticas
lograron liberarse de las condiciones de esclavitud en las que vivían. De ello
hace apenas un siglo, cuando el sistema político al que ahora nos quieren
llevar, el liberalismo, actuaba sin ninguna oposición.
Los sindicatos no son más que
herramientas necesarias que los trabajadores debemos usar correctamente para
defender nuestros derechos. Si en la actualidad no funcionan como debieran se
debe fundamentalmente a la inhibición generalizada de los trabajadores en su
compromiso con ellos y a que existe mucha gente con las ideas reaccionarias del
autor de la carta a la que aludo.
Gijón, 4-11-2012
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