martes, 5 de agosto de 2014

Balance de los premios


Pasada ya la intensa actividad cultural de la semana de los Premios Príncipe de Asturias, es hora de hacer balance. Al ser ésta una labor eminentemente personal, habrá tantas valoraciones como empeños, no siendo muy descabellado afirmar que son los premiados en Deportes -Xavi y Casillas- los que tengan mayor reconocimiento por su actividad. En cambio yo destaco de entre todos los galardonados –sin desmerecer el altísimo nivel de excelencia de cada uno de ellos- a la filósofa Martha Nussbaum. Ello por un motivo: creo que acierta con la solución a los graves problemas que plantea la convivencia humana.
Efectivamente, toda su obra está concebida para reivindicar, enseñar y practicar el humanismo que es, como se sabe, lo que nos diferencia del resto de los seres vivos y nos hace superiores. Nuestra historia así lo confirma: cuando el hombre prescindió del humanismo, que fue la mayoría de las veces, se convirtió en la peor de las bestias.
El humanismo tiene su expresión política en la democracia y es en su cultura y su ética donde Nussbaum centra la mayor parte de su obra. Así, señala tres pilares fundamentales sobre los que construye la convivencia. Se trata de crear una comunidad de personas que desarrollen el pensamiento crítico, que busquen la verdad más allá de las barreras de clase, género y nacionalidad y que respeten la diversidad y la humanidad de los otros.
Recurre a las ciencias humanísticas, sobre todo a la Filosofía, la Literatura y las Artes, donde encuentra las respuestas: de Sócrates la capacidad de pensar por uno mismo, razonar, cuestionar las propias creencias y debatir con los demás en busca de entendimiento; de los estoicos el cosmopolitismo, la superación de las fronteras y la Alianza de Civilizaciones y de la Literatura y el Arte el desarrollo de la imaginación, el conocimiento del otro y la empatía.
No hace falta insistir en la necesidad que tenemos de adquirir estos valores para superar la mediocridad que nos invade.


                                                                 Gijón, 31-10-2012 

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