martes, 12 de agosto de 2014

Los hijos de las tinieblas


Toca a rebato el autor de la carta “Luz en la opinión”, del pasado día 7 de octubre, y convoca, según yo entiendo, a los fieles católicos, sus correligionarios, para manifestarse en esta página a fin de contrarrestar los efectos perversos que están produciendo los (son sus palabras textuales) “hijos de las tinieblas”
Me produce cierto escalofrío leer tales expresiones, pues me hacen recordar (yo tengo memoria histórica) que, en tiempos pasados, a los que este señor llama “hijos de las tinieblas” los quemaban vivos en la plaza pública después de haberles sometido a terribles torturas. Incluso en tiempos tan recientes como para haberlos vivido yo mismo, los “hijos de las tinieblas” debían guardarse de manifestar sus ideas si no querían tener serios problemas con la autoridad.
Según se deduce del texto de la carta en la que el autor da su versión sobre matrimonios y adopciones gays, divorcio a la carta, o eutanasia a ‘discapacitados’, los “hijos de las tinieblas” son los socialistas, y concretamente el presidente del Gobierno, señor Zapatero, que es el que lidera tales propuestas.
Pero, si Zapatero no es comunista (se proclama defensor del libre mercado), ni terrorista (por más que los dirigentes del PP traten de etiquetarle como amigo de terroristas), motivos ambos para considerarlo como la encarnación del mal, y, puesto que ha demostrado un profundo respeto por la jerarquía de la Iglesia Católica con gestos tales como su visita al Papa, y al apóstol Santiago, (de los que, por cierto, recibió sendas broncas), ¿por qué se le considera entonces como “hijo de las tinieblas”? La respuesta es obvia: porque es un demócrata.


                                                                   Gijón, 8-10-2004

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