viernes, 8 de agosto de 2014

Lo objetivo y lo subjetivo


Aunque esta carta pudiera parecer personal y de carácter privado, creo que es, más bien, de interés público, como explicaré después. Por eso, agradecería al señor director que la publicase.
Se trata de responder a la carta de un asiduo de esta sección del periódico, “Coletazos del 11-M”, en la que me pide disculpas por considerar que me ofendió en otra suya anterior, “El fallo del proceso del 11-M”, sobre el mismo tema.
Estimado señor, no me ha entendido. Usted no me ofendió en absoluto y, por tanto, no tiene que pedirme disculpas. Es más, si me hubiese sentido ofendido, sería mi problema. No se ofende a nadie por dar una opinión y eso fue lo que hizo usted.
El problema (y esto es lo que me lleva a publicar esta carta) es que confunde usted lo subjetivo con lo objetivo. Ese es un error muy generalizado. En el tema que nos ocupa, la respuesta de los partidos políticos al atentado del 11-M, lo objetivo y, en este caso concreto, lo extraordinariamente importante, es saber si hubo un partido político que mintió deliberadamente con fines electoralistas. Esto es lo que creemos millones de españoles que fue lo que hizo el PP, y es lo que expuse en mi anterior carta, pero, basándome en argumentos, con datos contrastados. En absoluto movido por “simpatías” o “verdades absolutas”, como usted afirma.
Por lo que deduzco de sus escritos, a usted se le escapa este hecho gravísimo. Creo que es debido a que juzga usted la política desde la subjetividad (ofensas, disculpas) y no desde la objetividad (hechos demostrables, información), como es mi caso.


                                                                              Gijón, 10-2-2008

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